28 sept 2009

La verdad sobre la mente y la materia



Comenzaré por explicar que es la materia según no una teoría sino un hecho demostrado. E=mc2. Materia es energía y viceversa. ¿Qué es lo que vemos al mirar una mesa o nuestra mano?. Vemos energía concentrada, y ¿qué es esa energía?. Si pudiéramos observar un átomo del tamaño de un campo de fútbol veríamos una pelota de fútbol en el centro que sería el núcleo y varios garbanzos rodando alrededor por todo el campo de una manera tan extraña que o bien podríamos decir donde están en un momento dado pero no a qué velocidad van o bien a que velocidad van pero no donde están. Es decir que el 99,9% del campo estaría vacío. Es decir que cuando miramos nuestra mano lo que vemos, en realidad está en un 99,9% vacío.
Esos protones y neutrones están a su vez hechas de partículas llamadas quarks, bosones, etc. que no se sabe muy bien de que están hechas pero según la teoría de las supercuerdas estarían formadas por unas dimensiones microscópicas que solo existen a esos niveles de tamaño y que dan lugar a la materia al enrollarse sobre si mismas y vibrar en determinadas frecuencias. Vale esto ya es el colmo de la abstracción pero para compensar, la consecuencia lógica de esto es bien sencilla, una dimensión no es más que nada, nada con unas propiedades que hacen surgir de su unión con otras nadas la materia.
Es decir que la materia bien podría ser NADA.
Si aceptamos que el 99,9% de lo que vemos no es nada en realidad que tal aceptar que el 100% no es nada.
Y si todo lo que vemos es nada, ¿qué es real?. No la materia desde luego, pero si las relaciones de unas cosas con otras. Por ejemplo, la mesa puede ser una mesa para ti, pero para un pájaro es sólo un lugar plano donde los humanos dejan suculentas migajas. La mano no es real pero si el hecho de que con ella puedo coger un vaso, acariciar o golpear a alguien.
Según la teoría de las supercuerdas las dimensiones adicionales que no se materializan a nivel macroscópico podrían ser unas nueve. Estas darían lugar a la materia por su relación con otras dimensiones también enrolladas en partículas subatómicas. Es la relación la que crea la materia y las leyes físicas y matemáticas que rigen el universo que vemos. Y son esas leyes las que son reales.
De alguna manera es una nueva forma de neoplatonismo. Esta vez no se trata de que el mundo real sea una burda representación del perfecto mundo de las ideas sino de que el mundo de las ideases uno en el que solo existen leyes físicas y matemáticas y estas son de unas características tales que, por ellas mismas son capaces de crear la ilusión de un mundo físico.
Nuestra mente simplifica, archiva y analiza el entorno físico, las propiedades de las cosas, sus funciones aparentes y posibles, y las características de las personas, como su existencia nos afecta emocional, familiar y/o profesionalmente, todo ello cosas tan reales como las fórmulas matemáticas que rigen el universo en todas sus escalas de tamaño. Lo que hace con esa información crea, a su vez, la conciencia, pero ese es ya otro tema. En cualquier lugar, la mente es algo real y la materia no. La mente crea la ilusión de la materia de la misma manera que cuando miramos el dibujo de tres círculos incompletos situados de una forma concreta vemos un triángulo. De hecho el triángulo no existe pero lo vemos, como en la ilusión de Kanisza que ilustra esta entrada.
No es la materia la que influye en la mente sino las propiedades, funciones y relaciones de los objetos y personas con nuestra mente. Y ella influye a su vez en esas propiedades a través de lo que nosotros podemos hacer con nuestra voz, y nuestro cuerpo.

7 sept 2009

La singularidad está cerca


Esta es una frase que nos advierte del advenimiento de una revolución social de una trascendencia inimaginable. Según Raymond Kurzweil estamos a punto de ver como la tecnología que hemos creado empieza a evolucionar a tal velocidad que nosotros mismos seremos incapaces de comprenderla. Esto sucederá en el momento en que los sistemas informáticos posean tal poder y herramientas de computación que sean capaces de diseñar mejores versiones de si mismas. A partir de ese momento dejarán de necesitarnos para evolucionar y la forma dominante de inteligencia será artificial.
En mi opinión las predicciones de Kurzweil son erróneas por varios motivos.
1. La tecnología informática que creamos no sirve para sustituir nuestras capacidades sino para complementarlas. En ese sentido los ordenadores, redes informáticas, etc. Son una extensión de nuestro sistema nervioso no algo que crece ajeno a nosotros.
2. El presente de esa tecnología es que cada vez es más parte de nosotros. El teléfono móvil, el ordenador portátil, el kindley, etc. Son tan cercanos a nosotros que cuando entra a formar parte de nuestras vidas nos cuesta tanto prescindir de ellos como arrancarnos una muela
3. Como consecuencia de los dos puntos anteriores deduzco que en el futuro la tecnología servirá para potenciar nuestras habilidades cognitivas y creativas mejorando nuestro sistema nervioso desde dentro y conectándolo directamente a otros sistemas nerviosos. Es de imaginar que incluso el lenguaje, como lo conocemos, llegará a ser innecesario tanto para la comunicación como para el pensamiento abstracto.
4. La conexión directa de los sistemas nerviosos humanos implicará la posibilidad de compartir directamente experiencias, sensaciones, emociones y esto conllevará una disolución de las identidades de los conectados que pasarán a formar parte de un superorganismo cuya inteligencia surgirá por el efecto sinérgico de la conexión de millones de mentes para formar una súper mente de cualidades en pare humanas y en parte no.
Lo que quiero postular es que la aparición de la súper mente ya podría haber tenido lugar. El sistema nervioso ya está instalado. Nuestra dependencia de los ordenadores, teléfonos, mp3, consolas, etc. es tan alta que ya son parte de nosotros mismos aunque sólo de una manera figurada.
En cuanto a la inteligencia de la súper mente. Lo ilustraré mediante un simple ejemplo. Imaginemos que internet deja de existir de repente, los ordenadores también y de paso las redes de telefonía móvil. Ahora imaginemos que las empresas y particulares deciden que quieren mantener el flujo de información tan activo como cuando existía el sms, email, páginas web, etc. pero usando el antiguo sistema de escribir a máquina en papel y enviarlo por correo. ¿Cuántos árboles deberían plantarse y ser cortados para suplir de papel a todo el mundo?, ¿Cuántas personas deberían trabajar en correos y telégrafos para mantener el flujo de información a la velocidad actual?. Creo que estamos hablando de cifras surrealistas, vamos que ya podríamos despedirnos de todos los bosques del mundo y emplear a las tres cuartas partes de la población como carteros. Pues bien esa es la medida en que la inteligencia de la súper-mente ha crecido en los últimos años.
El hecho de que en las sociedades tecnológicamente avanzadas cada vez nazcan menos niños podría ser un síntoma de que la súper-mente ya está tomando control de las diferentes sociedades humanas.
Puede ser que con los avances tecnológicos lleguemos a ser capaces de volcar nuestras mentes en soporte informático y en el vivir eternamente pero también veo posible que cuando la súper mente tome el control decida que no es rentable mantener a los humanos vivos más de cuarenta años.

Es bien sabido que fuerzas parecidas dan lugar a estructuras parecidas independientemente de lo simple o complicado que sea el proceso por el que surjan. Me explico: La forma esférica de las burbujas tiende a cambiar a hexagonal cuando las burbujas se acercan unas a otras, y esto se pueda observar tanto en las burbujas de jabón que se forman al bañarnos como en la forma de los copos de nieve, como el la forma de las celdas de cera de una colmena.
















De igual manera cabe esperar que el hacer de los humanos células de un cuerpo orgánico tecnológico dará lugar a la aparición de células cancerosas. Humanos que decidirán que quieren escapar del orden imperante y que tratarán de contagiar a otros humanos transmitiendo sus ideas a través de la red para formar un tumor que, finalmente aniquile al super-organismo.