20 mar 2009

Religión griega y Antiguo Testamento

Es indudable que el mundo griego ejerció una gran influencia sobre el judío. Mirando las sagradas escrituras se pueden ver reflejos no sólo en los testimonios que se dan de la existencia de judíos helenizados. Hay ciertos paralelismos que me parecen tan evidentes que no creo que haya sido el primero en notarlos.
Uno de los aspectos que más me han sorprendido cuando he pensado en la mitología griega es en el extraordinario parecido entre Eva y Pandora. Tanto una como otra fueron creadas como regalo a los hombres. Si bien el proceso de creación de ambas fue muy diferente. Eva creada a partir de una costilla de Adán y barro con el que se dio forma a su cuerpo mientras que a Pandora la creó Hefesto, con arcilla, a instancias de Zeus para, con su belleza, ingenio y astucia obnubilar tanto a hombres como a Dioses.
Hasta ahí lo único que ambas tiene en común es el haber sido creadas de arcilla. Pero es a partir de ahí donde ambas empiezan a parecerse cada vez más.
En un principio Eva y Adán, dos seres a quienes hoy diagnosticaríamos como afectados por el sídrome de Down, tanto por el hecho de vivir felices en la naturaleza como por el de ser profundamente ignorantes, vivían en el paraíso hasta que Eva fue tentada por Satán a comer de la manzana del árbol de la sabiduría. Eva, hay que decirlo a su favor, no tenía, dadas sus pobres competencias intelectuales, ninguna posibilidad de evitar ser embaucada por la serpiente o de saber como no caer en la tentación.
Por otro lado Pandora fue enviada como regalo a Prometeo, creador de la humanidad (también a partir de arcilla, por cierto). Zeus quería vengarse de él porque Prometeo al sentirse unido a su creación decidió robar el fuego y la sabiduría u entregárselos a los hombres, sus criaturas. Pero prometeo que no era tonto se esperaba lo peor de los otros dioses y rechazó el regalo que, sin embargo si aceptó su hermano Epimeteo que, o bien no era tan listo o bien no se supo resistir a tanta belleza. El caso es que a Pandora le había dado Zeus aquella famosa caja sin decirle que había dentro, sólo con instrucciones de no abrirla. Los dioses que la habían creado seguramente sabían que al darle aquella caja que contenía todos los males de la humanidad y darle a ella tal instrucción, la convertían en una bomba de relojería. Epimeteo se casó con ella y vivieron felices un tiempo hasta que ella no pudo resisitir más la curiosidad y ya sabemos lo que pasó.
Y he aquí la gran coincidencia. Ni Eva ni Pandora querían hacer nada malo. Ambas cayeron en una tentación que no estaban preparadas para resistir. La consecuencia de una pequeña, casi inocente acción como abrir una cajita o morder una manzana fue en ambos casos el fin del paraíso para la humanidad. ¿Qué hacía el árbol del bien y el mal en medio del paraíso si Dios no quería que se comiesen sus manzanas?. ¿No es un poco como la caja de Pandora?. Parece puesto ahí como a sabiendas de que tarde o temprano iban a cometer una imprudencia y le echarían un mordisco a una de sus manzanas.

Y a todo esto, ¿no es un poco extraña aquí la figura de Satan-la serpiente?. Cuando uno mira a los niños con síndrome de Down tiene casi la certeza de que son mucho más felices que nosotros, sin embargo ¿quién les envidia?. Nadie se haría una lobotomía si así le aseguraran que sería feliz ¿verdad?. En ese caso, no era Satán más bien un libertador de la humanidad.
No es que quiera que se me considere un Satanista. No voy a predicar el sacrificio de bebés ni la ingesta de sangre de virgen. Ni mucho menos. Lo que voy a afirmar es que aquella serpiente es un fiel reflejo de Prometeo. El titán que nos creó a partir de arcilla y que por amor a nosotros robó el fuego del Sol y nos lo entregó junto al regalo de la sabiduría y que fue por ello durísimamente castigado por Zeus, tal y como Lucifer (lucero de la mañana) fue castigado por rebelarse contra Dios, una rebelión de la que la Biblia apenas dice nada.

Para terminar está el hecho de que Zeus, como dios Rey, era cruel, caprichoso y despiadado para con los humanos. Si bien Yahvé no se le parece en nada en lo que se refiere a la debilidad del primero por las hermosas mortales si es casi idéntico en su papel de Dios rey, en su manera de actuar con castigos desproporcionados y la relación poco afectuosa con los humanos a los que, el último creó. Yahvé se comporta más bien como si hubiese hecho crear a Satán al hombre a partir del barro así como Zeus mandó a Prometeo y como si hubiese castigado a Satán/Prometeo por rebelarse contra Él por amor, verdaderamente paternal, hacia su creación. El comportamiento de Yahvé para con la humanidad se parece más bien al de un padrastro autocrático y represor, alguien que se hubiera hecho cargo de nosotros con desgana.

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